La subida de precio de los combustibles fósiles y las distintas opciones para realizar autoconsumo energético, empujan a que nos surja la idea de la sustitución de nuestras calderas de combustión por bombas de calor, ya sea aerotérmicas o geotérmicas.

No siempre la sustitución o transformación de nuestros sistemas de producción de agua caliente con calderas por bombas de calor cubre nuestras necesidades: Zonas con temperaturas muy frías en las que el rendimiento de los equipos no es bueno, producción de agua a unos niveles de temperatura al que las bombas de calor no llegan o emisores térmicos con poco rendimiento a baja temperatura.

Al combinar una caldera con una bomba de calor, se puede aprovechar la alta eficiencia de la bomba de calor en situaciones en las que es más eficiente, como en temperaturas moderadas, y utilizar la caldera en situaciones de mayor demanda de calor, como en temperaturas muy bajas. Esto permite reducir el consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero, además de proporcionar un sistema de calefacción más sostenible.

La hibridación de calderas con bombas de calor es una opción cada vez más popular en la búsqueda de soluciones energéticas más eficientes y respetuosas con el medio ambiente.